Ø Panel 1: Derechos
Humanos, Políticas públicas y legislativas respecto de derechos humanos de
niños, niñas, adolescentes y sus familias
PRE-CONGRESO LATINOAMERICANO DE NIÑEZ ADOLESCENCIA Y FAMILIA
PROVINCIA DE SANTA FE
CIUDAD
DE LAS ROSAS
9 DE JUNIO DE 2017
TEMA
IDENTIDAD
PANEL 1
“Derechos Humanos, Políticas públicas y
legislativas respecto de Derechos Humanos de Niños, Niñas, Adolescentes y sus
Familias.”
TITULO
“Identidades negadas. Transmisión obligada.”
Autora
MÓNICA MARINELICH
Psicóloga
Matrícula 3154
Abstract
A
nivel social y a nivel individual, no
hay convivencia posible si no se respetan y restituyen los Derechos
Humanos de las personas, el tema de la
Identidad implica reconocer lo más propio en cada uno y la
historia que nos precede. Sólo conociendo nuestro pasado es posible que
construyamos nuestro futuro.
Hechos como la
Shoah, ocurrida durante la segunda Guerra Mundial, con millones de judíos que perecieron bajo el régimen nazi, o en nuestro país durante la última dictadura
cívico militar (1976-1983) donde murieron y desaparecieron 30.000 personas y donde fueron
apropiados 500 bebés, dan cuenta en la
historia de la humanidad, de cómo el
hombre ha intentado borrar y exterminar la identidad de pueblos y ciudades en
nombre de una raza o en nombre de la reorganización de una sociedad.
Las vidas
privadas muchas veces se encuentran afectadas por estos intentos de borrar la
historia del sujeto: las adopciones ilegales, las mentiras familiares, el robo
de niños, propician la ruptura del tejido de la novela familiar.
La intervención
de la justicia, la transmisión de la verdad y la memoria se
constituyen como herramientas necesarias
para reinventar en cada caso una nueva trama que permita la construcción
de un futuro.
Mónica Marinelich
El primer símbolo en que reconocemos la humanidad en
sus vestigios es la sepultura, y el expediente de la muerte se reconoce en toda
relación donde el hombre viene a la vida de su historia
J. Lacan, “Escritos”.
El
siglo XX se ha caracterizado por la ruptura de todo orden establecido, dando
lugar a uno de los acontecimientos más horrorosos de la historia de la
humanidad: la Shoah, el asesinato de
miles de judíos perpetrado por los nazis. El capitalismo favoreció el progreso
de la ciencia; la técnica, como su brazo
ejecutor, proveyó de nuevas herramientas
que los nazis utilizaron en los campos
de concentración: lo prohibido dejó de serlo y la bestialidad alcanzó al mundo.
La
realidad política del genocidio y el campo de concentración como dispositivo
biopolítico por excelencia, permitieron el aniquilamiento de los otros
diferentes y el control total de la población, durante la Segunda Guerra Mundial.
La
peculiaridad de la figura de genocidio radica en que se propone la destrucción
de un grupo, no sólo de los individuos, su objetivo último radica en la destrucción de la identidad del grupo,
logrando imponer la identidad del opresor.
Giorgio Agamben señala que: “…el campo de concentración es el espacio
que se abre cuando el estado de excepción empieza a convertirse en regla (…) el
estado es híbrido”; según el autor, “el
campo se sitúa entre el hecho y el
derecho, en el que los dos términos se hacen indiscernibles conformando de esta
manera este espacio de indiferencia en donde se instaura la vida en la
modernidad”.[2]
Durante
la Segunda Guerra Mundial, los nazis construyeron campos de concentración,
alojando y eliminando a millones de judíos. Al momento de su ingreso al lager, a hombres y mujeres se les
cancelaba todo estatuto jurídico: perdían su nombre, su historia, su identidad, sus bienes,
convirtiéndose de este modo, en seres jurídicamente innominables e inclasificables: “homines sacri”.
En
esta lógica de la excepción como estado, el campo de concentración representa
el locus de aplicación del estado de
excepción, se trata de una zona donde coinciden hecho y derecho. No se trata de
que exista una laguna jurídica, explica Agamben, sino que es gracias a la
existencia de una laguna, que se garantiza la aplicabilidad del derecho y el
funcionamiento de las normas: se busca suspender temporariamente un
ordenamiento para garantizar su existencia.
Lo
que caracteriza a los campos es la no-existencia: lo que sucede en ellos supera
el concepto jurídico de crimen.
Al
finalizar la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar el Juicio de Nuremberg, allí se
juzgó y condenó a los responsables de los crímenes cometidos durante este
oscuro período de la humanidad, decimos entonces que, cuando el horror es cosa
juzgada, no hay posibilidad alguna de volver atrás, hacerlo significaría
renegar de la justicia y la verdad, condenando a los pueblos a su destrucción,
a la pérdida de su identidad y a la humanidad toda, a repetir lo peor.
El 10
de diciembre de 1948, en París, a consecuencia de los crímenes de lesa
humanidad ocurridos durante el genocidio nazi, se proclama la “Declaración
Universal de Derechos Humanos”. Elaborada por
representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes
jurídicos y culturales, con un ideal común para todos los pueblos y naciones,
la Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales
que deben protegerse en el mundo entero.
El
derecho es lo que nos permite como sujetos, formar parte de una comunidad,
establece los límites para cada uno; tiene valor de una ley, regula el exceso y
hace posible la vida entre los seres humanos. A partir de él y de los límites
que establece es posible la construcción de una comunidad.
El
derecho humano es el derecho a la diferencia limitada al espacio de la ley, ya
que en nombre de las diferencias se pueden ejecutar todas las atrocidades, no
basta con reconocerlas, es necesario
respetarlas al punto de conceder al otro iguales derechos que los míos.
Derechos
humanos es un nombre para ese lazo social que se funda en el límite del poder
del otro y es lo que permite que los lazos familiares, las tradiciones, la
historia de cada uno pueda ser contada trasmitida, humanizando nuestra
existencia.
Lamentablemente
comprobamos que a pesar de todo, el campo de concentración como nomos de la modernidad reaparece en
diferentes lugares del mundo, como si la humanidad no hubiese padecido y
aprendido ya, suficiente, del horror.
En
nuestro país durante la dictadura cívico militar de los años 1976-1983, las prácticas genocidas implementadas por los militares eran “iudicium quin”, sin juicio previo, el secuestro, la desaparición, tortura y muerte fue el modus operandi del poder militar.
Los
ciudadanos eran detenidos, privados de sus derechos, sin acceso a ninguna
comunicación familiar y/o legal. Eran desaparecidos,
personas sometidas al capricho de sus torturadores a las que se les negaba su
existencia jurídica y civil, desconociendo su humanidad.
Sin
embargo: el espanto fue más lejos.
Lo
nuevo del horror que emerge en Argentina, fue el robo y apropiación de niños y de
bebés nacidos en cautiverio. Fueron los mismos asesinos de sus padres quienes
tomaron a estos niños como propios negándoles su historia, su identidad, su
verdad, destripando las proles por venir.
Ni
los nazis pensaron nunca en dar la solución final dejando embarazadas a las
mujeres judías, o apropiarse de sus hijos, en aquel momento, y a pesar del
horror, el principio del nacimiento,
que aseguraba la inscripción de la vida en el ordenamiento del Estado-Nación,
era algo que, aunque transformado profundamente todavía funcionaba. Tanto en la
guerra étnica en Yugoslavia, donde los soldados violaban a las mujeres de sus
enemigos como la dictadura cívico militar en Argentina, encontramos citando a
Agamben, que el principio del nacimiento: “…entra
en un proceso de dislocación y de deriva en el cual su funcionamiento se hace
evidentemente imposible y en el que debemos esperarnos no sólo nuevos campos
sino también nuevas y delirantes definiciones normativas de la inscripción de
la vida en la ciudad. El campo, que se ha instalado firmemente en su interior,
es el nuevo nomos biopolítico del planeta.”
Mediante
la apropiación de bebés lo que se intentó fue pervertir la cadena generacional
de cada uno de las personas asesinadas y por ende pervertir a la sociedad en su
conjunto a través del mecanismo de la negación: lo que pasó no pasó.
Cuando
lo que opera es la negación y si por alguna razón esas historias no pueden ser
transmitidas, sus huellas y sus restos se llevarán por generaciones, vividos
como locura por alguien que está (en)cargado de representar lo que Freud llama
la herencia arcaica del linaje.
El
vínculo de filiación para el Derecho es un vínculo constituido por
las instituciones jurídicas. Para que una comunidad se constituya, no basta
sólo con nacer, es necesario enlazar lo biológico, lo social y lo subjetivo, la
vida hay que instituirla, es necesario crear el vínculo institucional, es decir,
es necesario normativizar la vida, para que exista un marco de legalidad que
garantice la conservación de la vida.
El linaje no sólo es la
línea genealógica ascendente o descendente, en el linaje simbólico se porta un
nombre, se lo hace propio y se lo adopta como tal. El sujeto es nombrado y se
nombra en la cadena humana, el acto de adueñarse del linaje es necesario para
incluirse en una línea sucesoria.
En su texto “La Familia”, Lacan indica que una de las funciones
de la familia es la transmisión de la lengua materna en la transmisión de la
cultura, en la represión de las pulsiones. En un marco más amplio, diremos que
la función de la familia, instaura una instancia psíquica entre las
generaciones, cuya causalidad es del orden mental. Para que algo de una
transmisión se establezca se necesitan al menos tres generaciones, bisabuelos,
abuelos y padres.
Como respuesta
a la barbarie, ocurrida en nuestro país durante la dictadura cívico-militar,
los familiares de las víctimas y desaparecidos, confluyeron y se organizaron
dando lugar a un nuevo modo de luchar por la Memoria, la Verdad y Justicia en
Argentina.
El 30 de abril de 1977, paridas por el dolor
de la búsqueda de sus hijos e hijas nacen en nuestro país las “Madres de Plaza
de Mayo”. Casi al mismo tiempo, el 15 de mayo, doce abuelas presentaban un
hábeas corpus colectivo en forma de carta, dirigida a la justicia de Morón, en
el que hacían saber la existencia de
bebés desaparecidos y solicitaban que se suspendiesen todas las adopciones.
La carta ha sido considerada documento
histórico y antecedente inmediato de la constitución de las “Abuelas de Plaza
de Mayo” a fines de ese año. Un fragmento de la misma dice: “…los bebés de nuestros hijos desaparecidos
o muertos en estos últimos dos años. Algunas de estas criaturas han nacido de
sus madres en cautiverio. Otra fue sacada de su hogar, que fue destruido. Hasta
ahora todos nuestros esfuerzos han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas
a sus hogares, a sus familias. No sabemos ya qué hacer... Últimamente ha
llegado a nuestro conocimiento que algunos abuelos han podido localizar a sus
nietos en tribunales de menores o por su intermedio. Por eso nos permitimos
rogarle quiera tener a bien interesarse en la lista de bebés desaparecidos que
adjuntamos, por si ustedes tuvieran noticias de alguno de ellos…”
La Convención Internacional por los Derechos
el Niño se desprende de la Declaración de los Derechos Humanos, fue aprobada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, donde no sólo se incluye el bien superior del
niño sino que se propicia el “Derecho a la Identidad” (artículos 7, 8 y 11)[3] promovidos
y solicitados por la “Asociación Abuelas de Plaza de Mayo”.
En 1992 se crea la CONADI, “Comisión Nacional
por el Derecho a la Identidad” que depende del Ministerio de Justicia, a instancias de Abuelas. El trabajo de la
CONADI, consiste en solicitar la documentación a los lugares que intervinieron
en la inscripción de los bebés y solicitar en los casos que así lo requieran el
análisis de ADN al Banco Nacional de Datos Genéticos donde se encuentran
muestras de sangre de familiares de los niños apropiados a los fines de
establecer lo que a partir de 1983 se denominó el “índice de abuelidad”.
El derecho a la identidad permite la
reconstrucción de la memoria, el reconocimiento de la identidad usurpada y el
reencuentro con su lugar en el linaje familiar.
El linaje no sólo es la
línea genealógica ascendente o descendente, que se transmite a través de lo
legal o lo biológico, Jacques Lacan nos
indica en su escrito “La familia” que: “…Entre
todos los grupos humanos, la familia desempeña un papel primordial en la
transmisión de la cultura. También otros grupos contribuyen a las tradiciones
espirituales, al mantenimiento de los ritos y de las costumbres, a la
conservación de las técnicas y del patrimonio; sin embargo, la familia
predomina en la educación inicial, la represión de los instintos, la
adquisición de la lengua a la que justificadamente se designa como materna. De
ese modo, gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico…”
El sujeto es hablado,
nombrado y se nombra en la cadena humana, cuando algo de esta transmisión
falla, se produce una ruptura que tiene consecuencias en lo subjetivo. Dice
Lacan: “…Sabemos efectivamente qué estrago, que llega hasta la disolución de la
personalidad del sujeto, puede ejercer una filiación falsificada cuando la
coacción del medio se empeña en sostener la mentira” (Lacan, 1988: 277)
El neoliberalismo como
la actualización del discurso capitalista propone políticas del borramiento de
la memoria tal como los nazis en los campos. Sus acciones, sus palabras están
precisamente orientadas a la renegación de la verdad, a la prostitución de la
justicia y al olvido de la memoria, propiciando con sus prácticas sociales la
negación del derecho a la Identidad de los pueblos y de las personas, derecho
que precisamente indica lo más particular de cada sujeto y de cada comunidad,
el que hace que nos distingamos uno por uno y que establece y protege la
diversidad que nos caracteriza como sujetos humanos. Las guerras, cualquiera
sea su envergadura-guerras mundiales, civiles, étnicas, de descolonización,
etc. son esas circunstancias extremas en las que el desmoronamiento de todas
las referencias rompe con los lazos sociales y quiebra a los sujetos. Se trata entonces,
de restaurar el lazo social esencial y vital, que es cercenado.
Los niños y adultos a
los que se les niega el derecho a su identidad, los niños y adultos que a los
que se somete a vivir en la mentira, los desarraigados de su comunidad, los
niños apropiados, los niños adoptados ilegalmente, los niños robados, son niños
y adultos que llevan impresa en sus cuerpos la huella de la memoria, no hay
olvido posible de esa, la primera huella. Lo no dicho corresponde a un saber no
sabido que el sujeto porta. Vive en ellos por siempre, y más tarde que temprano
cada uno bregará por encontrar su verdad.
Un sujeto adviene por el
deseo de sus padres, identificarse con las insignias familiares, restituyendo
un nombre, una identidad, propicia un nuevo comienzo para ese sujeto. Cualquier
interrupción en la transmisión que vincula entre sí a los hombres busca,
paradójicamente, las vías de una inscripción. La reconstrucción del relato
histórico y la preservación de la memoria recuperan el pasado, para que un
futuro sea posible. Memoria que no sólo es genética, es memoria de sus pueblos,
de sus lugares, memoria de las palabras que lo apalabraron desde antes de
nacer.
Conocer de dónde se
viene, quienes fueron nuestros padres, nuestros abuelos, nos permite la construcción de nuestra historia, la
pasada, la presente y la futura. Transmisión oral y escrita necesarias, que se
tejen en palabras, en acciones para hacer texto, lazo social, memoria y por lo
tanto, olvido imposible.
Conocer la verdad nos
concede la posibilidad de habitar la
vida.
Pensarnos como semejantes nos permite vivir.
Transmitir y transmitirnos lo vivido nos humaniza.
Propuesta
Se trata de abordar
el tema “La Identidad” en dispositivos de trabajo con una lectura
multidisciplinaria, donde los
profesionales que participen se encuentren comprometidos personalmente con la
problemática a partir de una solidaridad básica con los principios éticos que su
tratamiento amerita.
En una época
caracterizada por el individualismo exacerbado, por un lado, y la tendencia a
la universalización por el otro, la apuesta del Dispositivo es hacer comunidad,
dando lugar a lo común y a lo diverso, y así apuesta al lazo social.
Ahí donde desde
lo individual aparecen sentimientos de abatimiento e impotencia ante
problemáticas que conciernen a lo social y a
lo particular, generar dispositivos que mediante la transmisión insten a
la participación y trabajo que genere alguna acción.
DISPOSITIVOS
DE TRABAJO:
1-
Dispositivo
de recepción y tratamiento: legal, psicológico, médico y social.
2-
Dispositivo
de enseñanza y transmisión de la problemática Identidad : legal, psicológica,
médica y social.
3-
Dispositivo
de transmisión y participación ciudadana.
Bibliografía
___ “Psicoanálisis. Restitución,
Apropiación, Filiación”.
___ “Identidad. Construcción social y
colectiva.”
Agamben Giorgio: El lenguaje y la
muerte. Ed. Pre-textos.
___ La comunidad que viene. Ed. Pre- textos
Arendt Hannah: “La condición humana”. Ed.
Paidós
___”Crisis de la república”. Ed. Trotta
___”Eichmann en Jerusalém”
___”Los orígenes del totalitarismo”. Ed. Alianza
Butler Judith: “Marcos de guerra. Las vidas
lloradas”. Ed. Paidós
Davoine Francoise, Gaudilliere Jean- Max: “Historia
y Trauma. La locura de las guerras”. Fondo de Cultura Económica.
de La Boëtie
Etienne: “Discurso de la servidumbre voluntaria”. Ed. Trotta
Díaz Esther: “El poder y la vida, modulaciones
epistemológicas”. Ed. Biblo. UNLA
Feirstein Daniel: “Memorias y
representaciones. Sobre la elaboración del genocidio”. Fondo de Cultura
Económica
Feirstein Daniel: Revista de Estudios sobre
el genocidio del Centro de Estudios sobre Genocidio de la Universidad de Tres
de Febrero.
Foucault Michel: Defender la sociedad. Ed.
FCE
___”Seguridad, territorio y población”. Ed.
FCE
___”Nacimiento de la biopolítica”. Ed. FCE
Freud, Sigmund: Obras completas. Ed.
Amorrortu.
Heidegger Martín: “La pregunta por la técnica”.
Ed. Del Serbal
Heidegger Martín: “¿Qué es metafísica?” Y
otros ensayos. Ed. Fausto.
Horowicz Alejandro: “Las dictaduras
argentinas. Historia de una frustración nacional”. Ed. Ensayo Edhasa.
Lacan, Jacques : Obras completas. Ed. Paidós
Levi Primo: “Entrevista a sí mismo”. Ed.
Cooperativa de libreros Leviatán.
Levi Primo: “Si esto es un hombre”. Ed.
Austral
Lipovetsky, Gilles: “Tiempos hipermodernos”.
Ed. Anagrama.
Nancy Jean Luc: “El intruso” . Ed. Amorrortu
___”La Representación prohibida. (La Shoah,
un soplo)”
Verbitsky Horacio, Bohoslavsky Juan Pablo: “Cuentas
pendientes. Los cómplices económicos de la dictadura”. Ed. Siglo XXI
[2] Agamben
Giorgio, Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida, Pre-Textos, Valencia.
Páginas 215-217
[3] Articulo 7: 1) el niño será
inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que
nace a un nombre, a adquirir nacionalidad y, en la medida de lo posible, a
conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. 2) Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos Derechos,
de conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído,
en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre
todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.
Artículo 8: 1) los Estados
Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad
con la ley, sin injerencias políticas.
2) Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su
identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y
protección apropiadas, con miras a restablecer rápidamente su identidad.
Artículo 11: 1) los Estados Partes adoptarán medidas
para luchar contra los traslados ilícitos de niños al extranjero, y la
retención ilícita de niños en el extranjero.
2) Para este fin, los Estados
Partes promoverán la concentración de acuerdos bilaterales o multilaterales a
la adhesión a acuerdos existentes.
Ø Panel 2: Violencia de género,
parental, entre pares, familiar, social e institucional
Tema:
“Violencia
y Salud Primal: una nueva perspectiva científica”
Panel 2:
Violencia de Género,
parental, entre pares, familiar, social e institucional
Autor:
Stella
Maris Yapur
Dirección: Soler
4125, 6to. B, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - CPA1425
Teléfonos: (011)2080-6870 /
116-985-0940
Mail: stellamyapur @ gmail.com
Breve síntesis de la
Propuesta
.
Se invita a conocer una mirada diferente sobre
las conductas agresivas, tomando de la Salud Primal como nueva área de estudio
científico, herramientas que nos ayuden a crear una sociedad más sana, más
justa y consecuentemente menos violenta.
Dentro de esta línea de
investigación, se propone fomentar el clima que requiere el desarrollo de la
capacidad de amar (desde el punto de vista científico), como paso previo e indispensable
en la sucesión de hechos que desencadena conductas violentas; impulsando y
reforzando la intervención del Estado con políticas públicas focalizadas en las
necesidades que tiene el ser humano desde su gestación.
El concepto de Salud Primal fue presentado en la década
de los ochenta por el prestigioso médico francés Michel Odent, quien la define
como una rama de la epidemiología que estudia los efectos a largo plazo de las
experiencias vivenciadas durante la gestación, el parto, el nacimiento y el
primer año de vida del ser humano.
En una época en la cual tanto se habla y se escribe sobre
la violencia (violencia en general y violencias específicas), y sus diferentes
formas para encararla, prevenirla y erradicarla, entendemos la utilidad de
detenernos un momento en sus raíces más profundas a fin de poder intervenir
exitosamente. Creemos que una forma es girar
el foco de atención y concentrarnos en el estudio científico de cómo nace y se
desarrolla la capacidad de amar.(de amar a otros y de amarse a sí mismo).
Si entendemos, como lo hace la Salud Primal, que esta
capacidad se adquiere en el nacimiento mismo, nos resultará más sencillo
entender la importancia de cuidar ese momento, y todas las circunstancias que
lo rodea, ya que la
evidencia científica señala un periodo corto pero muy crítico justo después del
nacimiento, que posee consecuencias a largo plazo relacionadas con nuestra
capacidad futura de amar.
Durante
el proceso del nacimiento segregamos una serie de hormonas que permanecen en
los sistemas corporales tanto de la madre como del bebe, encontrándose ambos
sujetos en un equilibrio hormonal cuya función tiene una naturaleza vital corta
que, además, no volverá a presentarse en el futuro. Cada una de estas hormonas
cumple exclusivamente un papel diferenciado en la interacción madre-bebe, y son
las mismas que actúan en cualquiera de los aspectos relacionados con la que
conocemos como “amor”: nacimiento, amamantamiento, coito, y todo otro tipo de
vinculación sexual humana. Datos recientes que van aportando diferentes ramas
de la literatura científica vienen a presentar, en esta misma línea, una nueva
visión de la sexualidad. Existe una hormona del amor al igual que contamos con
un sistema de recompensa que opera cada vez que, como seres sexuales que somos,
hacemos algo que es necesario para la supervivencia de la especie. [1]
Si
partimos de la premisa de que una de las causales de conductas violentas del
ser humano es el nivel alto de estrés psicosocial vivido durante su propia
gestación, podemos concluir fácilmente que una intervención seria a los efectos
de prevenir esos comportamientos a largo plazo, sería asegurarle a toda mujer
embarazada un clima de tranquilidad psíquica y emocional durante todo su
período gestacional.
El
ser humano es un sujeto social, es decir, necesita del entorno colectivo propio
para sobrevivir, y esta afirmación nadie la pone en duda. Sin embargo esa
necesidad social no suele satisfacerse adecuadamente en relación a las mujeres embarazadas
y a las recientes madres (puérperas).
Estas normalmente se sienten solas, cuando lo que más necesitan es una
sólida contención psicológica, emocional, familiar y social.[2]
Sabemos,
como nos explica el Dr. Odent y encontramos en su base de datos[3],
que gracias a la mirada de la epigenética y los avances de los estudios dentro
de esta rama de la biología, los genes tienen un comportamiento singular
conforme el contexto ambiental. Siempre
que los investigadores exploran un desorden o un rasgo de la personalidad que
puede ser interpretado como una alteración de la capacidad de amar (como ya
dijimos: para amar a los demás o para amarse a uno mismo), detectan factores de
riesgo significativos en el período alrededor del nacimiento.[4] Y es por eso que se presenta la investigación
en Salud Primal como la disciplina que participa en la “Cientificación del
Amor”.
Entonces,
si reconocemos a la gestación como un evento que provoca en la mujer y su
familia una serie de reacciones que podrán hacer que transite ese período en
equilibrio, entonces estamos obligados en pensar que esa familia puede ser un
importante factor de stress, causal por lo tanto de desequilibrio.
Pensemos
que hay mujeres que están solas; o porque sus familias de origen están
geográficamente lejos, o están cerca físicamente pero no reciben sostén en el
campo emocional, o porque sus compañeros no las acompañan (tal vez porque
provengan de culturas con rasgos patriarcales autoritarios, o simplemente
porque desconocen cómo hacerlo). En
todos estos casos el nivel de estrés se multiplica: sin padres ni familia de
origen contenedora, sin tribu o colectividad o familia extensa que la albergue,
sin compañero o con un compañero no-sostenedor.
En
el mundo médico hay un importante crecimiento del interés en la posibilidad de
que algunos trastornos de conductas violenta o antisociales que se presentan en
el adulto, tengan su origen en la etapa fetal.[5] Desde la pediatría, los profesionales han
comenzado a observar, en los últimos años, la presencia de trastornos en el
comportamiento de niños cuyas madres padecieron episodios depresivos durante el
embarazo y han hecho un llamado de atención para que se diagnostique y se trate
adecuadamente a las gestantes deprimidas. [6]
Autores
como Stott y Schell observaron (aunque no hayan encontrado una correlación
significativa) que el estrés prenatal está relacionado con los cambios de
comportamiento y con una mayor frecuencia de trastornos afectivos en la edad
adulta.[7]
Asimismo se cree que lo que
le ocurre al feto puede tener impacto a largo plazo, cambiando el
funcionamiento de algunos órganos, sistemas o glándulas, o incluso cambiando la
expresión genética de algunas células. A
esto se llama “fenómeno de programación”.[8] Durante el proceso de maduración y desarrollos
prenatales las hormonas y algunos neurotransmisores actúan sobre las células
indiferenciadas estimulando, modificando o retardando el correspondiente
proceso. Estos programadores perinatales son factores no genéticos capaces
alterar el programa, es decir de permitir o modificar la expresión de la carga
genética. La Base de Datos en Salud
Primal, anteriormente mencionada, da cuenta de que los períodos críticos de
interacción entre los genes y el entorno se sitúan casi siempre antes del
nacimiento.[9] Por su parte, la teoría bioquímica planteada
por P. Karl Mackal, establece que “el
comportamiento agresivo se desencadena como consecuencia de una serie de
procesos bioquímicos que tienen lugar en el interior del organismo y en los que
desempeñan un papel decisivo las hormonas. Se ha demostrado que la
noradrenalina es un agente causal de la agresión”. [10] El resultado de un desbalance
neurológico, posiblemente en el córtex prefrontal
ventromedial, sería lo que según el
neurocientífico Simón Baron-Cohen, nosotros llamamos comúnmente “mal”, que es
en realidad la falta de empatía en el cerebro.
También la criminogénesis
nos brinda una explicación sobre las causas que llevan a conductas violentas como
resultado del entrecruzamiento de su propia historia vital (biopsicogénesis) y las influencias ambientales (sociogénesis).
La
depresión maternal sufrida durante períodos críticos del desarrollo fetal puede
alterar los estados comportamentales del ser no nacido y como consecuencia su
desarrollo neurobiológico. Después del
nacimiento las madres depresivas presentan un menor apego hacia sus hijos al
manifestar conductas afectivas negativas y disfóricas durante la interacción
con sus bebés, y a su vez éstos presentan una mayor irritabilidad, se muestran
más tensos y se fatigan más que los hijos de madres no deprimidas. [11]
El
anecdotario nos cuenta que existe un grupo étnico del oeste del Amazonas que
sostiene la creencia de que no se debería discutir nunca con una mujer
embarazada. Y que si esto fuera
inevitable, se deberían asegurar que la futura mamá tenga siempre la última
palabra[12]. Por tal motivo creemos importante la intervención
del Estado en materia de Salud Primal, desarrollando políticas públicas que
ofrezcan a las mujeres gestantes un espacio para encontrarse a sí mismas y
recibir la escucha y la contención necesarias para afrontar su embarazo de una
manera mucho más saludable.
En puntual referencia a los conflictos familiares que desencadenan
reacciones violentas, es imprescindible partir de considerar a cada familia
como un sistema de personas con características propias y únicas, y no solo como
la mera sumatoria de individuos. Entre
los integrantes de todo grupo familiar (como sea que este grupo se encuentre
conformado) existe un entramado de relaciones y vínculos que crece complejo a
partir de la complejidad que el mismo ser humano posee de manera individual. Asimismo y luego de la observación de los
vínculos intrafamiliares, habrá que atender a todo el sistema social al que
pertenece, la historia y los movimientos políticos de esa sociedad, y las
pautas culturales bajo las que esa complejidad, que es la familia, se
desarrolla. Por eso hablamos de la
necesidad de que una sociedad cuide a “sus” mujeres embarazadas, las propias,
las de “esa” sociedad. Porque las
mujeres embarazadas del norte de Tailandia no son las mujeres embarazadas de
Manhattan, ni las de Pozo Colorado, en la República del Paraguay son las mismas
mujeres embarazadas de Paris. Y la
conflictiva familiar, con su correlativa “violencia”, va a seguir las
particularidades de ese mismo grupo social.
Qué pasa con las familias y sus
dinámicas afectivas durante el período primal?
En nuestra sociedad, la sola anunciación del embarazo influye de modo
decisivo en la percepción que la familia tiene de sí mismas así también como de
la percepción de cada uno de los sujetos que la componen, en sus respectivas funciones:
esposo, esposa, madre, padre, y también respecto de los miembros de la familia
extensa. Y es solo a partir de la
comprensión de los nuevos acontecimientos, que van a descender los niveles de
ansiedad y van a mejoran los síntomas de posibles tensiones que muchas veces se
transforman en agresión, pudiendo llegar a crearse situaciones de violencia
familiar que terminan en intervenciones legales y judiciales, denuncias,
juicios, etc..
Entonces, el aporte de la Salud
Primal, a saber: el trabajo multi, inter y transdisciplinario, la utilización
de la comunicación y principalmente de la palabra como vehículo de conocimiento
de lo que nos sucede (primero a los adultos, para poder habilitar los canales
comunicacionales con los niños y adolescentes), la internalización de responsabilidades,
la comprensión de la causalidad con la que se producen los sucesos (fomentando
la capacidad para captar, a través de la experiencia, el justo nexo causal)[13] y
la búsqueda de resoluciones alternativas propias y adecuadas a cada uno de esos
sistemas familiares, van a posibilitar la pacificación familiar ante las nuevas
situaciones por las que sus integrantes atraviesan.
Propuesta:
Por
eso, reafirmando la necesidad de comprender lo que sucede en el periodo primal
para poder fortalecer a los hombres (varones y mujeres) desde el comienzo de la
vida, se propone incluir la mirada que ofrece la Salud Primal, y enriquecer el
conocimiento científico incorporando estas nuevas visiones.
Desde
el Derecho decimos que el hombre es naturalmente un ser político, es decir, con
necesidad y capacidad de organizar su colectivo de pertenencia, para poder
vivir armoniosamente, creando instituciones para tales fines. Pero cuando el grupo social al que pertenece
ese sujeto se desentiende de sus características más elementales, de la contención
afectiva que necesitamos como seres
humanos para que se desarrolle nuestra capacidad de amar, entonces las
instituciones creadas por el Derecho comienzan a resultar insuficientes, y tanto
la sociedad como el Estado comienzan a sentir que han fracasado.
Para evitar esa instancia
la propuesta es, entonces, impulsar y reforzar la intervención del Estado
desarrollando políticas públicas que atiendan las necesidades del ser humano dentro
de ese colectivo de pertenencia y desde su misma génesis, ofreciendo a las
mujeres gestantes y puérperas un espacio para encontrarse a sí mismas y recibir
la escucha y la contención necesarias. Fomentando
de este modo la capacidad de amar, como paso previo e indispensable en la
cadena de conductas que nos llevan a dañar al otro.
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Cit. http://isauorellana.blogspot.com.ar/2009/07/diversas-teorias-sobre-agresividad.html
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